Es una música que es capaz realmente de todo lo que te evoca la película a la que da su banda sonora: Eduardo Manostijeras. Misterio, ternura, tristeza, romanticismo. Lo gótico llevado a su máximo esplendor por un Johnny Depp que se sale, le sirve a Danny Elfman para escribir una de las partituras que quedará para siempre en la historia del cine y de nuestros sueños fantasiosos de invierno, al calor de la manta y la mente volando libremente por castillos y cuentos de Hadas.
1 comentarios:
Son dos temas, no? La primera me resulta familiar, no sé yo. Son dos temas muy bonitos.
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